jueves, 23 de septiembre de 2010

Y pasaron los días

Es curioso cómo te pasas todo el año deseando que lleguen las vacaciones, pero si estas se alargan más de lo debido puedes acabar harta de ellas; no es que a mí me pase (Dios me libre) pero llega un momento en que necesitas hacer algo con tu vida (sobre todo si eres la única persona que aún está de vacaciones), aunque suponga volver a clase. También influye si tus amigos se han marchado ya a estudiar o no. Es lo malo de empezar las clases más tarde que los demás. Pues eso, que no es que me chifle volver a clase, pero de lo que sí tengo ganas es de ocuparme ya de algo y no sólo de sacar al perro por las mañanas (que tampoco es mi pasatiempo favorito). Seguro que luego me arrepiento. Seguro...

viernes, 27 de agosto de 2010

Ya lo advertí, lo mismo escribo al día siguiente que dentro de nueves meses, o más. El año ha pasado casi sin que nos demos cuenta y volvemos a la rutina, que aunque pueda parecer aburrida, no lo es tanto. Tengo ganas de volver a clase y ver a la gente, de estar con los amigos y de ver a la familia más a menudo. Por fin se termina el Messenger y el Skype que, aunque siga utilizandolos, he acabado harta de ellos. Se acerca el fin de una etapa y el comienzo de otra. Habrá que disfrutarlo como se merece.

domingo, 7 de marzo de 2010

Atesorando el Sol

- No sé qué me pasa hoy, será el tiempo- dijo pensando en lo que suele decirse cuando no hace sol y las nubes pueblan el cielo en toda su extensión.
No llevo una semana en Málaga y todavía no he visto bien el Sol, una de las cosas que más ganas tenía de ver desde hacía tiempo (la familia y los amigos no cuentan porque a ellos se les quiere ver siempre); ver el Sol bien, que te ciegue, que de los ojos se escapen lagrimitas por el brillo que los daña...
En fin, qué se le va a hacer, después de meses acostumbrada a la lluvia y al gris, al frío y a la nieve, que la temperatura sea más alta y sólo llueva hace que parezca menos importante ver el Sol; al menos tengo ya a mi lado a esa persona que me mima y me hace reir, mi Sol particular, que hace que los malos momentos no parezcan tan malos y que eche de menos cosas que no esperaba, que me haga desear volver y que el tiempo pase deprisa.

¿Quién iba a pensar hace 3 años que el Sol ya nunca abandonaría mi lado?